Astronomía

¿Por qué no habíamos pisado el lado oculto de la Luna?

La complejidad técnica nos había impedido alunizar en la cara oculta lunar

pisado el lado oculto de la Luna
Aprende por qué no habíamos pisado el lado oculto de la Luna todavía

En los últimos días se ha armado bastante revuelo con el aterrizaje de la sonda china Chang’e 4 en nuestro único satélite natural, la primera que ha pisado el lado oculto de la Luna. Pero, si hace más de medio siglo que la estamos visitando, ¿cómo es posible que hasta hoy nunca se hubiese alunizado en este lugar?

En el pasado, la tecnología no era tan avanzada como esta, pero tal vez sí que se podría haber explorado el lugar, algo que ni siquiera las épicas y míticas naves Apolo de la NASA fueron capaces de lograr, siendo un hito magnífico que la agencia espacial china buscaba desde hace algún tiempo y ahora ha logrado.

Y es que, la razón para no pisar antes la cara oculta de la Luna es sencilla, es una misión muy compleja que requiere de una tecnología y ciencia bastante avanzadas y, como es lógico, también un presupuesto muy holgado que los chinos han pensado que podían gastar.

La Chang’e 4 es la primera nave que ha pisado el lado oculto de la Luna

Desde la Tierra, de acuerdo a la ciencia actual, tan solo somos capaces de observar un máximo del 59% de la superficie lunar. Como la Tierra y nuestro satélite están anclados por efecto de marea por su proximidad y gravedad ejercida una sobre la otra, siempre vemos la misma cara.

Sin embargo, este efecto tiene ciertas implicaciones, por ejemplo, que el lado visible de la Luna y su cara oculta son muy diferentes. Así lo pudimos constatar hace ahora 50 años gracias a la sonda Luna-3, que fue la primera en obtener una fotografía de esta zona oscura en 1968.

No obstante, sabíamos bastante bien cómo es este lado lunar, ya que la sonda de la NASA llamada Lunar Reconnaissance Orbiter había cartografiado con detalle la cara, por lo que lanzar la nave china tenía ciertas ventajas, como tener un mapa completo del lugar.

Aun así, esto no hacía que fuera mucho más sencillo aterrizar en el lado oculto. Y es que los problemas de comunicación, por ejemplo, son muy elevados, puesto que no hay forma de enviar información de manera directa, por lo que controlar la sonda es harto complicado.

Es decir, que esta ha sido la principal complicación, el máximo escollo a superar, ya que la Luna bloquea toda señal de radio que se envíe. Para ello, tuvieron que usar un satélite que hacía de una especie de ‘reflejo’ que permitía que llegase la información a la nave desde la base terrestre.

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